CAVITACIÓN

REMODELACIÓN CORPORAL

CAVITACIÓN: TECNOLOGÍA NO INVASIVA MÁS EFECTIVA PARA ELIMINAR GRASA LOCALIZADA

 

 

Una de las últimas incorporaciones a nuestra a nuestra consulta es la cavitación. La cavitación remodela el cuerpo eficazmente desde la primera sesión. Es un tratamiento no invasivo indicado para combatir la celulitis y reducir volumen.

 

La altísima calidad de este aparato de ultrasonidos (la cavitación está incorporada a nuestro innovador equipo Cylone) hace necesario realizar una buena historia clínica adecuada a cada para adecuar el tratamiento según se trate de eliminar la grasa localizada en el abdomen, flancos, región trocantérea, cara interna y externa de los muslos o rodillas.

 

Los resultados se notan con rapidez: reducción de entre 2 y 4 cm en la primera sesión. Estos resultados se potencian notablemente si se combinan la cavitación con la radiofrecuencia ( lo que va unido en mi novedoso sistema Cyclone). También se mejoran los resultados si antes, durante y después del tratamiento se realiza ejercicio y dieta adecuada.

 

¿Cómo funcionan los ultrasonidos cavitatorios?
La cavitación es un impulso ultrasonoro de baja frecuencia que produce microscópicas burbujas que rompen las membranas de los adipocitos, sin dañar las estructuras adyacentes, respetando la integridad del sistema sanguíneo y linfático. Los modos de acción del ultrasonido sobre los tejidos biológicos se deben a dos efectos: térmicos y mecánicos. Cuando se quiere hacer énfasis en el efecto mecánico para destruir el tejido graso, se programa en modo continuo. Si la densidad del tejido graso es menor y se desea hacer un tratamiento más completo eliminando, además de la celulitis, la retención de líquidos, y se quiere mejorar la circulación y reestructurar el colágeno, se programa en modo pulsado.

 

¿Para qué está indicado?

La cavitación remodela el cuerpo eficazmente desde la primera sesión. Es un tratamiento no invasivo indicado para combatir la celulitis y reducir volumen. Se aplica en zonas con grasa localizada en el abdomen, flancos, región trocantérea (talle, glúteos), cara interna y externa de los muslos y rodillas. Jamás en la cara o en el cuello y nunca cerca de prótesis metálicas o implantes.

 

Protocolo de tratamiento
Es necesario realizar una buena historia clínica. Antes del tratamiento es importante beber 2 litros de agua al día y disminuir el consumo de grasa y azúcares. Durante el tratamiento, primeramente se limpia la zona con alcohol para mejorar la transmisión de ultrasonidos. Se marca para delimitar la zona a tratar, se efectúan mediciones y se toma una fotografía. Después se aplica un gel para desplazar el aplicador lentamente por la superficie de la piel con un movimiento circular. Durante la sesión, el paciente puede notar una ligera sensación de succión que no es dolorosa en absoluto; por lo tanto, la piel queda lisa y sin traumatismos.

 

Resultados
Con pacientes bien seleccionados y con un tratamiento bien realizado, se reduce de 2 a 4 cm en la primera sesión. El efecto es menor en las sucesivas pues ya hay menos tejido graso. Las pacientes que mejor responden al tratamiento son las comprendidas entre 25 y 55 años.
El resultado se potencia notablemente si se combinan la cavitación con la radiofrecuencia. También se mejoran los resultados si antes, durante y después del tratamiento se realiza ejercicio .Las ventajas del tratamiento son disminución del tejido adiposo, restauración del colágeno, mejora notablemente la circulación, elimina toxinas, aumenta el tono y la elasticidad de los tejidos y ayuda a regular el tránsito intestinal.

 

¿Cuántas sesiones se recomiendan?
El número de sesiones recomendadas para IMC (Índices de Masa Corporal) comprendidos entre 23 y 27 es de 5 a 6 sesiones. Para IMC superiores entre 10 y 15 sesiones siempre debe ser un médico quien recomiende cuántas sesiones son necesarias, pues varía según la estructura del tejido a tratar, el volumen, la extensión del área de tratamiento y la edad metabólica. Las sesiones duran unos 40 minutos.

 

Contraindicaciones
Enfermedades agudas y crónicas; enfermedades hepáticas y renales; cuadros febriles, enfermedades de la piel, embarazo, lactancia, alteraciones de vascularización, varices, implantes metálicos y marcapasos.