En el origen de la celulitis, amén de factores hereditarios y/o constitucionales, existe siempre una alteración de la microcirculación sanguínea, en ocasiones acentuada por factores externos (anticonceptivos, tabaco, prendas ajustadas, sedentarismo, etc.). Las células de grasa (adipocitos) aumentan su tamaño y se agrupan en islotes (nódulos); entre éstos se forman unos tabiques fibrosos verticales (septos conectivos) que determinan, al traccionar de la superficie cutánea, el clásico aspecto de la piel celulítica, la denominada “piel de naranja”.
La mesoterapia consiste en inyecciones intradérmicas de pequeñas dosis de fármacos para tratar grasa localizada y mejorar el aspecto de la piel (Celulitis), mejorando la circulación local y disminuyendo el acúmulo de grasa localizada en piernas ( cartucheras, zona interna de los muslos, rodillas), brazos…
Son necesarias de 8 a 12 sesiones a razón de una semanal.
Completado este protocolo inicial, se establecen sesiones de mantenimiento, más o menos espaciadas en el tiempo, según la evolución; cuando menos, deben proponerse dos ciclos completos anuales, en otoño y primavera.
En caso de sobrepeso, es estrictamente necesario asociar un tratamiento dietético y de ejercicio físico y tonificación muscular.
Es muy conveniente asociar sesiones de amasamiento tisular mecanizado (Endermología LPG). La intolerancia a alguno de los medicamentos puede producir una reacción alérgica local mínima, Debe contemplarse la posibilidad de una reacción alérgica general grave.
La terapia intradérmica es uno de los tratamientos de elección para la celulitis difusa. Se obtiene una neta mejoría de la calidad de la piel (“piel de naranja”), una disminución importante del volumen tisular, y una desaparición casi completa de la pesadez e hinchazón de las piernas. Los resultados son, sin embargo, parciales; de ahí la necesaria y aconsejable asociación con otros tratamientos. Y no son nunca definitivos, debiendo programar siempre un mantenimiento